EL PREMIO “JOSÉ VASCONCELOS” o “MEDALLA VASCONCELOS” 2015, ACOGE YA A UNA GRAN FAMILIA QUE SE COMPENETRA Y SE UNE POR EL AMOR A LA PALABRA, EN NUESTRO CASO, AL IDIOMA ESPAÑOL o (LENGUA DE CERVANTES)
Buenas tardes: Es un honor para mí estar aquí con Uds, un escenario hermoso en plena naturaleza de Cantabria. Tantos amigos ya, y si me permiten algunos, muchos de los presentes, a quienes conocí hace al menos 25 años,acomo es el caso de Manuel de la Puebla, aunque español, conocido en la Universidad de Rio Piedras -Pto Rico- con motivo de la I Bienal Internacional de Poesía organizada por la Asociación Prometeo y su filial Academia Iberoamericana de Poesía, siendo fundador Juan Ruiz de Torres, de todos conocido, Premio Vasconcelos, quien lamentablemente nos dejó hace tan solo año y medio. Nos honra con sus presencia y cariño Ángela Reyes, a quien le damos un fuerte abrazo y un cariñoso aplauso ( … ) y, Alfonso Larrahona; ellos, se interesaron en aquel entonces por mi Poesía, De la Puebla, llevándola a la radio y revistas “Mairena” o “Julia”, Juan con sus talleres y sus enseñanzas, varias revistas, viajes, Ferias de la Poesía, Bienales Internacionales y nombrándome Presidenta de la Asociación por dos convocatorias consecutivas, y Alfonso, insertando mis versos en “Correo de la Poesía” y en multitud de sus geniales Antologías. Y cómo no, un gran puñado de poetas y escritores, estudiosos, investigadores más cercanos en el tiempo, quienes han tenido también el honor, y antes que yo, de pertenecer a esta gran familia de los Vasconcelos, gracias a los desvelos del Frente de Afirmación Hispanista, Institución empeñada, hace más de cuarenta años como todos sabemos, en perpetuar la lengua castellana, la unión de los pueblos a través del idioma español, con la firme convicción ante la Historia de luchar por la mayor unificación de los diversos sectores de la Hispanidad (así reza) “desde Manila a Tierra del Fuego, desde los Andes hasta las Californias y desde Madrid hasta Florida para crear una mayor solidez espiritual dentro del bloque cultural”, la unión de los pueblos a través del idioma español, la voz de los hermanos y por eso le llamo la gran familia de los Vasconcelos“, por lo que un buen día, tanto investigó leyendo a poetas y filósofos su Director Fredo Arias de la Canal que descubrió el Protoidioma y pronunció sus tres Leyes de la Creatividad. ¡Tanto le fascinaba la palabra en boca de los poetas!, que lleva, como digo, todo este tiempo persiguiéndolos, descubriendo valores de la historia de la Literatura a veces enterrados y que él tanto disfruta desenterrando o incluso desenmascarando para bien hacer justicia; de ahí que se valga de varios investigadores, Doctores o Catedráticos de literatura que le ayudan en la difícil y ardua tarea de buscar en diferentes Bibliotecas, para después hallar, incluso traducir tantos tesoros poéticos a los que nos tiene ya acostumbrados; por citar algunos más recientes: las grandes obras de los andaluces “Padilla o Juan de Malara, últimamente tres tomos de “Hércules Animoso” y un cuarto volumen de “La Psique”; la “Colección de los más célebres romances antiguos españoles, históricos y caballerescos”, y qué decir de las grandes Antologías de poetas cubanos y otras obras o, los interesantes plagios de Cervantes y más cercano aún, de Camilo José Cela. Merecidas medallas para estos investigadores: Di Franco, Labrador, Royano, Trapero, Rey Hazas y recientemente Nuria Gregori, pues que tanto bien hacen a la cultura. Y poetas como Pesántez, Francisco, Rosamarina, Lorenzo, con quienes cruzo desde hace tiempo décimas y “glosas” de pie quebrado, que he aprendido a amar octosilábicamente rimando. Me sorprende y me admira tanta sabiduría y tanta entrega como hay en estos hombres y mujeres en las Letras que me han precedido y les estoy por tanto muy agradecida.
Por todo ello, es por lo que me siento, en esta tarde, tan orgullosa, tan honrada, tan feliz pero al tiempo “tan temblando”. Temblando y a la vez incrédula, desde que recibí tan atractiva y soberana noticia. Pertenecer a esta gran familia de los Vasconcelos no es baladí, para mí significa que si has merecido en algo este galardón, por tu obra poética o bien por tu trayectoria literaria en general, a partir de ahora habrá que esforzarse más para seguir mereciendo el estar ahí en esta lista tan increíblemente valiosa y augusta. Habrá que seguir dando de nuestro tiempo, de nuestra vida, de nuestro intelecto, cada cual a lo que está llamado, unos un dedal, otros un vaso, otros un cubo o un pozo, para cumplir los planes del creador.
“Poetas locos
que hacéis magia colocando en el tablero
las palabras, como piezas de ajedrez”.
¡Bendita locura!, bendita locura que nos une a través de la palabra, nos une y nos dignifica como seres humanos, como hermanos, según dijimos más arriba. ¿Quién, conociendo la obra de un poeta, más que de un escritor, no diría que conoce plenamente al autor? Ya que el poeta, se desnuda siempre con la palabra, difícil es ocultarse cuando se es sincero. El poeta finge, decía Pessoa, ¿miente?, me pregunto, o es que el poeta tiene varios estados durante la vigilia en los que puede soñar, bien sean sueños dormidos o despiertos, tener fantasías, volar, hasta estar poseído por el Diamon durante su creación, o, por Dios ¿porqué no?, pero todos son estados “vividos” en suma por el poeta, de forma que para él son “vivencias” que no “invenciones”. ¡Ay, los cántaros del sueño a los que tanto debo!: Esa vida onírica en: “De mis noches con Juan”, cuando hacía que buscaba a Dios aun sabiendo que Dios ya estaba ahí entronizado. Ese inconsciente colectivo del que nos habla el Protoidioma, y que está ahí para todos, ese, fundirse con el otro, con la vida, meterte en su piel o sus huesos, como ocurrió en: “En el principio de la carne” y más tarde: “En brazos de la tierra”, cuando el poeta supo vivir durante nueve meses en ese niño que una vez concebido aún estaba por nacer, sabía que venía del más allá donde no hay sexos ni apellidos y, de nuevo, estaba cruzando el puente del nacer al morir, hasta que finalmente llegó a nuestro mundo saliendo del útero materno sin otra ceremonia que la carne y el mito milagroso que la inflama; ¿quién puede hacer eso sino un poeta?, alguien que sale de sí mismo para fundirse en árbol, piedra u hombre como recientemente en esa reina loca -dicen- metiéndose tan dentro de su piel o su entraña, desvanecerse, para poder expresar su amor o su locura y después o durante, alumbrar un libro; palabra que trasciende, me trasciendo, me elevo, apenas piso tierra porque estoy trascendida; ese “dar a la caza alcance” de San Juan de la Cruz, en: “Mis horas detenidas” o “Te esperamos” y que heredamos tantos poetas místicos, esa metafísica en: “Tu luz en los vitrales” o “Debajo del ciprés” y más tarde “Desnudo de palabras” adquirida como don…, la fusión con la naturaleza cuando se sabe útil el río; esa cosmicidad con las estrellas resbalando en la frente o sentándose en el borde de sus párpados, ese volcán o lava que sale de la boca propio de ser estudiado por Arias de la Canal. El don, la palabra…, la profecía…, el conocimiento, el hambre a fin de cuentas de saber, y después, de comunicar; preguntas con/sin respuesta, esa sed de querer dar de beber a los demás la “palabra” que nos hizo tanto bien.
Porque, citando al gran Richard Bach: “siempre enseñarás mejor aquello que más deseas aprender”. Amor a la “palabra” desde niña, al lenguaje culto, poético en boca de Juan Ramón Jiménez, por ejemplo cuando me dictaban en clase de taquigrafía capítulos de Platero y yo. Inolvidable palabra que me enamoró, cautivó mis sentidos todos… No olvidemos tampoco que, a veces:
“la palabra es la sombra de las cosas
pues el oído del hombre
no resiste la claridad”.
Esa palabra que nos despierta en plena noche o madrugada, nos atraviesa, se posa en nuestra mente y nos hace dar vueltas en la almohada…nos bambolea un rato hasta que decidimos levantarnos, hacer caso de esos versos que martillean el cerebro una y otra vez sin saber el punto de partida, de qué patria o raíz… Recuerdo que, cuando
Busqué el Amor,
hallé la Poesía.
Venían de la mano.
O
—–
La vida pensé quitarme
para ver si me cambiaba
y una Voz me dijo: ¡Tente,
tente mujer, tente, aguarda,
no es la vida lo que debes
quitarte, sino la máscara.
Siempre la voz o Voz, la palabra en suma, aunque siempre supe también que fui contracorriente, pero no me importó. Y también, por otro lado: la palabra “crea”, lo hace verdadero cuando se pronuncia o se escribe. Sabemos que del Amor infinito nació la Palabra y la Palabra se hizo Verbo y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros. Y con palabra se nos ha transmitido: “Me crea Dios/ y yo a mi vez le creo/ camina inmensa entre los dos la luz/ de mente en mente buscando una ribera/ enorme, misteriosa, oscila entre dos llamas./ En medio de los hombres solo hay fuego/ solo hay Amor/ y Dios habita en él”. Entonces, vemos la importancia de la palabra para el hombre, del idioma, sobre todo para los poetas. Veamos como dice Isabel en un tanka:
La Poesía
brinca por los rincones
de nuestra casa.
Está esperando a alguien
que le dé la palabra.
La palabra, el idioma…”He aprendido la lección de la universalidad de la literatura en español en mi larga experiencia prometéica, por tanto, sé que nuestra lengua produce obras memorables en muchas latitudes y que la visión desde sólo un grupo, una ciudad, una región o país es una visión incompleta y sesgada.” De ahí que me interesen las expresiones de poetas o escritores de otros países hispanos y los publique en la revista Oriflama, ahora en la red: www.oriflama.es sin otro interés que la difusión de nuestra lengua, el intercambio cultural, todos aprendemos, ellos se sienten gratificados porque les leen en otros continentes, yo, como Directora, gratificada al tiempo porque siempre aprendo de ellos, de forma creo, que todos salimos ganando.
Alguien tan conocido como el poeta, periodista y académico de la Lengua Norteamericana, recientemente nombrado de la Real Academia de la Lengua Española también: Luis Alberto Ambroggio, argentino, en unas conferencias que dio en México sobre la cultura hispana y en defensa del idioma español dijo:…”tratar de someter, olvidar y destruir la lengua española y la cultura hispana es algo que solo pueden hacer los seres inhumanos…” Y en uno de sus poemas reza así: “ Si cada ladrillo hablara;/ si cada poeta hablara;/ si hablaran los parques, las plantas, las flores;/ si cada trozo de pavimento hablara/ hablaría en español/”.
Y en la actualidad. “El Tiempo Latino” es el principal periódico y en español en la ciudad de Washington. De ahí que veamos la dimensión que nuestra lengua española, la de Cervantes) la de Góngora, Lope, Quevedo o Gerardo Diego, pero también, la de los poetas y escritores aquí presentes y, tantos otros hispanohablantes puede llegar a alcanzar y afortunadamente, alcanza.
Bendita la locura pues, benditos locos todos, o quijotes, que nos han hecho viajar y reunirnos en esta tarde hermosa de otoño cántabro, español, para asistir a este solemne acto de los “Vasconcelos”. Gracias a todos los que me habéis acompañado. ¡Benditos todos!
Potes, 12 de Octubre de 2015
Isabel Díez Serrano